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AR - Absurda Revolución

El pasteleo, y el juego de la muerte.

El pasteleo, y el juego de la muerte. ¿Que es lo que defendemos? ¿Para qué?

Cada vez que se publica una noticia relacionada con la muerte de inocentes, se configura el mismo escenario. Es como si solamente existiese una forma de mostrar el dolor y el sufrimiento humanos. Se hace una pedagogía un tanto peligrosa.

El ser humano es capaz de percibir el dolor ajeno como propio, y reaccionar en consecuencia generalmente con un alto sentido de autoprotección. Se puede observar la reacción del pueblo español frente a los atentados del 11M, las campañas televisivas de educación vial muestran escenas sangrientas que con toda seguridad intentan reducir el número de accidentes, la emisión en las cadenas de televisión de los asesinatos de rehenes por parte de los terroristas islámicos buscan el rechazo al terrorismo. Siempre, haciéndonos percibir el dolor ajeno.

Sin embargo, eliminado el estímulo, las conciencias se relajan sucumbiendo al instinto (que ha sido cultivado con reiterada insistencia) de autoprotección y rechazo al dolor. El resultado final es la total insensibilización, casi inmediata, hasta que se imprime un nuevo estímulo con otro pasaje sangriento. Curioso.

Así, el discurso que normalmente se ofrece, resulta tibio, de corto recorrido. No incita al análisis de las causas, sino que se queda en lo superficial e inmediato. ¿Con qué objeto? Parece que también los que estimulan a la opinión pública, se han visto inmersos en esta suerte de autoengaño. Pero como nada es casual pensaremos que esta hipótesis no es válida. Narcotizar a la sociedad es el objetivo inmediato, mantener un sistema de comportamientos programados proporciona ventajas que han sido aprovechados con la máxima impunidad.

No es lícito experimentar con las reacciones que produce el dolor ajeno, más bien todo lo contrario, es necesario minimizarlo. Como el médico con su paciente, es necesario realizar un diagnóstico para tratar la enfermedad, e intentar eliminarla. Es necesario analizar cuáles son las causas en lugar de explotar los efectos.

Todo esto no es nada nuevo, los terroristas lo saben, y con sus acciones intentan mermar la capacidad de sufrimiento, por medio del sufrimiento. Hasta que lo anormal se convierta en cotidiano. La actitud de muchos ámbitos de poder, aporta a este "modus operandi", voluntaria o involuntariamente, una inestimable ayuda a los "indeseables". De ninguna manera se puede terminar con la investigación, el análisis, la búsqueda de la verdad. El imperio de la ley debe prevalecer sobre los que violan la ley natural del derecho a la vida. Cualquier renuncia a la guerra sin tregua contra los conspiradores supone la negación de este derecho básico.

En España, hasta no hace mucho, la lucha contra el terror era una lucha sincera, inteligente, sin concesiones, buscando los apoyos y alianzas, con resultados. No parece que los vientos políticos nos lleven hoy por estas sendas. Recordemos que el pecado se produce por pensamiento, palabra, obra y omisión. Lo que en principio es una enseñanza catequista, debe exigirse para que las clases dirigentes ganen la credibilidad ya perdida. Nunca se entenderán las voces que piden pasar página y comenzar un nuevo tema. La lección no se ha asimilado todavía.

Lean además:

La verdad sigue pendiente.

http://www.libertaddigital.com/./opiniones/opi_desa_20344.html

Rubalcaba dice ahora que la comisión del 11-M no ha aclarado las imprevisiones del anterior gobierno

http://www.libertaddigital.com/./noticias/noticia_1276232113.html

1 comentario

dulcevela -

El tiempo nos esta dando la razon, los terrorista, estan conectados con eta.
ACEBE no se equivoco, los que digeron lo contrario y convocaron una rebelion ante la cede del PP, tendran que pedir disculpas y hacer una auto critica sobre el gobierno y algunos ministro de ZP,espero que lo que pedia al PP lo hagan realidad y las tantas mujeres con responsabilidad que metieron en el gobierno,las censen; por que han demostrado que en los cargos que le han encomendado no tienen ni ideas, es tan dando palos de ciegos.